Sunday, January 26, 2014

Nunca en la vida sentí tanto desasosiego y rabia como en el momento de expresar todas aquellas emociones y cosas que llevaba callando por anos y que nunca tuve la oportunidad ni el valor de expresar. Basto un momento de reflexión para darme cuenta que nunca encerraría en el closet los demonios que llevaban tanto molestándome sino me expresaba y ponía mis opiniones encima de la mesa y dejar en claro cual es mi posición actual a la situación en si; al principio fue muy difícil encontrar las palabras adecuadas para expresarme y no dejar que la rabia se apoderara de mi voz, mis palabras y acciones, pero luego de que comencé a hablar opte por mirarle a los ojos y tratar de ver en ellos cualquier rastro de culpa y dolor y después de unos minutos y ver lo que quería las palabras empezaron a salir con fluidez de mi boca, al mismo tiempo que las lagrimas que contuve durante tantas noches de desvelo. A veces quisiera que las circunstancias hubiesen sido otras, pero con el tiempo aprendí todo sucede por una razón y cada persona que se cruza en tu camino con un propósito, y aunque aun desconozco el propósito tuyo en mi vida se que llegara el día en que recuerde todo y sonría de satisfacción al saber cual fue la lección aprendida.
En el desarrollo del problema de la ecuación llamada vida, no he buscado la perfección en mi o en terceros. Mas son aquellas imperfecciones del carácter las que nos hacen perfectos. No solo antes los ojos de nuestros seres amados, pero también de aquellas personas que nos rodean y empiezan a conocernos. La perfección es algo tan relativo que todo dependerá siempre del ojo de quien nos observe y de cual sea su percepción de la misma.